RADIO CATÓLICA ON-LINE

lunes, 12 de marzo de 2007

LIBERALIZACIÓN DEL RITO TRIDENTINO


Friday, February 23, 2007


A continuación nuestra traducción de un Flash noticioso enviado vía correo electrónico por la revista Inside the Vatican, no disponible en linea en el momento. De antemano presentamos disculpas por las fallas de traducción, pero queremos hacer notar que hemos tomado la libertad de hacerlo debido a que aunque ya han pasado varios días desde que se conoció esta información absolutamente ningún medio noticioso masivo en español (ni secular ni Católico) ha hecho referencia a ella. Es aquí donde los Católicos debemos pedir (presionar) a estos medios (los que se dicen Católicos) que si viven de eso y tienen los medios económicos, tecnológicos y humanos para hacerlo; para que no se hagan los de la vista gorda con temas tan neurales en la vida de la Iglesia, y no que nos estén bombardeando con supuestas informaciones que hablen de lo bien que anda la Iglesia en estos tiempos.


"ES EL SANTO PADRE QUIEN DECIDIRÁ"
Todos quienes están interesados en la litúrgia Eclesial se preguntan si el Papa pronto publicará un motu proprio permitiendo la celebración de la “Vieja Misa” y (si lo hace), qué dirá.


Uno de los liturgístas Vaticanos dá luces sobre los planes del Papa:


ANTHONY VALLE: Su excelencia, Ud. ha sido generoso al dar varias entrevistas a la prensa internacional acerca de la litúrgia desde que se convirtió en el secretario de la Congregación para el Culto Divino. Algunas de sus afirmaciones han sido malinterpretadas y se generó controversia en lugar de darse claridad. ¿Le importaría clarificar algo?


ARZOBISPO MALCOM RANJITH: En lo que yo deseaba insistir en esas entrevistas era que la reforma postconciliar ha sido incapaz de alcanzar las metas esperadas de enovación espiritual y misionera en la Iglesia tal que podamos estar verdaderamente felices hoy sobre ella.Indudablemente ha habido resultados positivos tambien; pero los efectos negativos parecen ser mayores, causando mucha desorientación en nuestras filas.Las iglesias se han vaciado, las ruedas sueltas litúrgicas son el órden del día, y el verdadero significado y significancia de aquello que es celebardo se ha oscurecido.Uno tiene entonces que, comenzar a preguntarse si el proceso de reforma se ha manejado correctamente. Entonces, necesitamos dar una buena mirada a lo que pasó, orar y reflexionar acerca de sus causas y con la ayuda del Señor adelantarse a tomar las correcciones necesarias.


VALLE: Parece que el Papa Benedicto XVI publicaría un motu proprio que liberalizara el uso de la Misa tradicional o Tridentina. Algunos esperan que el motu proprio papal instituya una estructura juridica que permita a los sacerdotes celebrar la Misa tradicional sin ser injustamente acosados y persistentemente frustrados por, ironicamente, no personas de otra fe o autoridades seculares, sino por sus propios pastores y obispos. ¿Es ésta esperanza de un nuevo aparato jurídico realista. Se necesita tal aparato?


RANJITH: Bueno,hay un naciente llamado para restaurar la Misa Tridentina. Y aún ciertas figuras de liderazgo en la elite han hecho apelos públicos por esta Misa en algunos diarios recientemente.El Santo Padre, estoy seguro, tomará nota de esto y decidirá lo que es mejor para la Iglesia.Ud. habla de la posible realización de nuevas estructuras jurídicas para la implementación de tales decisiones. No creo que esto sería un mayor problema. Más bien, lo que es más importante en todo esto es una actitud pastoral.¿Recharazan los obispos y los sacerdotes las peticiones de la Misa Tridentina y así crear una necesidad de estructuras jurídicas para asegurar la aplicación de una decisión del Papa?, ¿Debería ser así?Sinceramente no espero eso.La pregunta adecuada que deben hacerse los pastores es: ¿Cómo yo, como obispo o sacerdote, traigo así sea solo una persona, más cerca a Cristo y a Su Iglesia?No es tanto un asunto de Misa Tridentina o [Misa] Novus Ordo. Es sólo una cuestión de responsabilidad pastoral y de sensibilidad.Así, si la Misa Tridentina es el camino para alcanzar un mejor nivel de enriquecimeinto espiritual para los fieles, entonces los pastores deberían permitirla.La preocupación importante no es tanto del “que” sino del “como”. La Iglesia debería siempre buscar ayudar a nuestros fieles a acercarse a Dios, a sentirse desafiados por Su mensaje y a responder a Su llamado generosamente. Y si eso puede lograrse atraves de la celebración de la Misa Novus Ordo o la Misa de San Pío V, entonces, se debe proveer espacio para lo que es mejor en lugar de enfrascarse en una innecesaria disputa teólogica divisiva. Tales cosas necesitan decidirse atraves del corazón y no tanto con la cabeza.Después de todo, El Papa Juan Pablo II hizo un llamado personal en Ecclesia Dei Adflicta de 1988 a los obispos, llamandolos a ser generosos in esta materia con aquellos quienes deseen celebrar o participar en la Misa Tridentina. Además, debemos recordar que la Misa Tridentina no es algo que pertenezca exclusivamente a los seguidores del Arzobispo Lefebvre. Es parte de nuestra herencia como miembros de la Iglesia Católica.El Concilio Vaticano Segundo, tal como lo afirma claramente el Papa Benedicto en su alocución a los miembros de la Curia en Diciembre de 2005, no consideraba un nuevo comienzo, sino una continuidad con un sentido renovado de entusiasmo y una nueva perspectiva que respondiera mejor a las necesidades misioneras de la epoca.Además, tenemos tambien la seria cuestión de la disminución del número de fieles en algunas de las iglesias en el mundo occidental. Tenemos que preguntarnos que pasó en estas iglesias y entonces tomar los pasos correctivos que puedan ser necesarios. No creo que ésta situación sea atribuible únicamente a la secularización. Una profunda crisis de fe junto con un impulso sin sentido de experimentación litúrgica y novedad han tenido su propio impacto en esta materia. Hay mucho formalismo y una visible insipidez a veces.Así, necesitamos recuperar un verdadero sentido de lo sagrado y lo místico en el culto.Y si los fieles sienten que la Misa Tridentina les ofrece tal sentido de lo sagrado y lo místico más que cualquiera otra cosa, entonces deberíamos tener el valor de aceptar sus requerimientos.Con respecto al tiempo y la naturaleza del motu proprio, todavía nada se sabe. Es el Santo padre quien decidirá. Y cuando lo haga, deberiamos con toda obediencia aceptar lo que él nos indique y con un amor genuino por la Iglesia esforzarnos por ayudarlo. Cualquier actitud contraria sólo dañaría la misión espiritual de la Iglesia y frustraría el propio deseo del Señor.


VALLE: Como muchos Católicos hoy, mi esposa y Yo nos hemos encontrado al salir de la celebración de la Misa Novus Ordo el Domingo, exasperados y perplejos más que vigorizados espiritualmente. ¿Por qué?


RANJITH: En la celebración del Novus Ordo tenemos que ser muy serios acerca de lo que hacemos en el altar. No puedo ser un sacerdote que sueñe mientras duerme acerca de lo que haré en la Misa al día siguiente, subir al altar y comenzar a celebrar con toda clase de nuevas autocreadas rúbricas y acciones.La santa Eucaristía pertenece a la Iglesia. Por tanto, tiene un significado en sí misma que no puede ser dejado a la idiosincracia de un solo celebrante. Cada elemento en la liturgia de la Iglesia tiene su propia larga historia de desarrollo y significancia. No es ciertamente un asunto de “tradiciones” privadas y no puede ser así objeto de manipulación por todos y por la diversidad.De hecho, la Sacrosanctum Concilium afirma nadie diferente de la Sede Apostolica y los obispos, donde esto sea permitido a los últimos por el primero, “nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia.” (SC 22). Sólo entonces, notamos mucha rueda suelta en materias litúrgicas en algunas areas de la Iglesia hoy, basicamente debido al incorrecto entendimiento de la teología litúrgica.Por ejemplo el misterio de la Santa Eucaristía ha sido a menudo mal entendido o parcilmente entendido, dejando así la puerta abierta a toda clase de abusos litúrgicos.En la celebración de la Santa Eucaristía, algunos dan mucho acento al rol presidencial del sacerdote. Pero sabemos que el sacerdote no es realmente el agente principal de lo que sucede en el altar.Es Jesús mismo.Además, cada celebración litúrgica tiene siempre una dimensión celestial “que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos”(SC 8).Otros explican la Eucaristía en un sentido que pone el acento en su dimensión banquete/comida, ligandola a la “comunión.” Esta tambien es una consideración importante, pero deberiamos recordar que no es tanto una comunión creada por quienes toman parte en la Eucaristía tanto como por el Señor mismo.Atraves de la Eucaristía, el Señor nos asume a Si y en Él somos puestos en comunión con todos los otros que se unen a Él. No es pues tanto una experiencia sociológica como mística. Por tanto aún una “comunión” Eucarística es una experiencia celestial.Lo que es más importante es la dimensión sacrificial de la Eucaristía. Cada vez que celebramos la Eucaristía revivimos el sacrificio del calvario, celebrandolo como el momento de nuestra salvación.Y este mismo hecho tambien constituye la única dignidad y fuente de identidad del sacerdote. El ha sido instituido por Cristo para celebrar el maravilloso misterio de cambiar este corruptible pedazo de pan en el mismo glorioso Cuerpo de Cristo y éste poco de vino en la sangre de Cristo, decretando el sacrificio del calvario por la salvación del mundo. Y esto debe vivirse, entenderse y creerse por el sacerdote cada vez que celebra la Eucaristía.De hecho, la Sacrosanctum Concilium acentúa en la efectividad sacrificial y salvifica de la Misa. El sacerdote llega a ser así otro Cristo, por decirlo así. ¡Que gran vocación! Y pues, si celebramos la Eucaristía devotamente, entonces los fieles cosechan un inmenso beneficio espiritual y vuelven una y otra vez en busqueda de ese alimento celestial.


VALLE: Algunos han afirmado que la solución a la crisis litúrgica —y en el fondo la crisis de Fe— que aflije a la Iglesia Católica hoy sería implementar el uso exclusivo de la Misa Tridentina, en tanto que otros sostienen que todo lo que realmente necesitamos es una “reforma de la reforma,” en otras palabras, una reforma del Novus Ordo. ¿Que piensa Usted?


RANJITH: Una actitud de “una cosa u otra” polarizaría innecesariemente a la Iglesia, mientras que la caridad y la preocupación pastoral deben ser los factores motivantes.Si el Santo Padre lo desea así, ambas pueden coexistir.Eso no significaría que tendriamos que abandonar el Novus Ordo. Pero en la interacción de las dos tradiciones Romanas, es posible que la una pueda influir eventualmente en la otra .No podemos decir que todo esta completo y finalizado, que nada nuevo puede pasar. De hecho, el Vaticano II nunca abogó por cambios inmediatos en la litúrgia. Más bien, prefirió el cambiar a “nuevas formas [que] se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de las ya existentes” (SC 23). Como el Cardenal Antonelli, veneradísimo miembro del Concilio que emprendió la revisión de la litúrgia después del Concilio, anota en sus diarios, algunos de los cambios litúrgicos despues del Concilio han sido introducidos sin mucha reflexión, de manera casual, y hechos despues llegar a convertirse en practica aceptada.Por ejemplo, la Comunión en la mano no había sido algo que hubiera sido primero estudiado y reflexionado hasta antes de su aceptación por la Santa Sede. Fue introducida casualmente en algunos paises del Norte de Europa y más tarde se convirtió en practica aceptada, eventualmente se expandió a muchos otros sitios. Ahora esa es una situación que debería haber sido evitada. El Concilio Vaticano Segundo nunca abogó por tal aproximación a la reforma litúrgica.


VALLE: Lex orandi, lex credendi, lex vivendi (“La ley de la oración (es) la ley de lo que se cree, (es) la ley de lo que se vive”). ¿Es verdad que la manera que adoramos y oramos influy en lo que creemos, y que lo que creemos influye como vivimos? En otras palabras, en últimas la litúrgia influye nuestra vida moral, ¿Si o no?


RANJITH: Si. ¿Como podemos convencer a los fieles de hacer sacrificios en sus opciones morales y éticas, a menos que sean primero tocados e inspirados profundamente por la gracia de Dios? Y eso pasa especialmente en la adoración cuando el alma humana experimenta la gracia salvífica de Dios más intimamente. En la adoración, la fe llega a ser interiorizada y se completa con inspiración y fortaleza, haciendolo a uno capaz de tomar opciones morales que esten en consonancia con tal fe. En la litúrgia, deberiamos experimentar la cercanía de Dios a nuestros corazon tan intensamente que a su vez nosotros comencemos a creer fervientemente y fueramos compelidos a actuar.


VALLE: ¿Cuales son algunas tendencias o problemas litúrgicos contemporaneos que necesitan corrección?


RANJITH: Uno de ellos, tal como yo lo veo, es la tendencia de hacer litúrgias ecuménicas en reemplazo de la Misa Dominical en algunos paises, durante las cuales líderes laicos Católicos y Protestantes celebran juntos y éstos últimos son invitados a predicar la homilía.

Las Litúrgias Dominicales de la Palabra con la distribucón de la Santa Comunión, cuya forma se permite en casos en los cuales no está presente un sacerdote, si se convierten en eventos ecuménicos pueden dar a los fieles la señal equivocada. Pueden acostumbrarse a la idea del Domingo sin Eucaristía.La Eucaristía, como Ud. sabe, hace a la Iglesia (Ed E. 21) y esto es central para nosotos los Católicos.

Si es tan facilmente reemplazada por litúrgias de la Palabra, o peor aún por los así llamados servicios ecuménicos de oración, la misma identidad de la Iglesia Católica estaría en cuestión. Infortunadamente, oímos tambien de casos en los cuales la misma Eucaristía esta siendo celebrada de varios modos junto con pastores Protestantes. Esto es totalmente inaceptable y constituye una graviora delicta (“ofensa gravísima) (MR 172).

El ecumenismo no es algo que se deje a la elección ad hoc de sacerdotes individuales.

El verdadero ecumensimo, como el expuesto por el Vaticano II, proviene del corazón de la Iglesia. Por ejemplo, el camino del verdadero ecumenismo comienza con la seria reflexión de parte de quienes se cree son competentes para entrar en ese tipo de reflexión, Tales como el Concejo Pontifício para la Unidad de los Cristianos y el mismo Santo Padre. No todos tienen la competencia para saber en que sentido ésta delicada busqueda de la unidad debe ser percibida. Se necesita mucha reflexión y oración. De allí, la novedad litúrgica en nombre del ecumenismo no debería ser tratada individualmente.Una segunda tendencia es el reemplazo gradual de la Misa celebrada por el sacerdote por un servicio paralitúrgico guiado por una persona laica. Esto, desde luego, puede legítimamente pasar cuando no hay sacerdote disponible y las facilidades para el cumplimiento de la obligación Dominical son escasas.


Sin embargo, esta es una excepción no la regla. Lo que es peligroso es marginalizar al sacerdote aún cuando está disponible y algún equipo pastoral de líderes laicos se arroga para sí mismo tareas que están reservadas a los sacerdotes. Por esto signifíco, la tendencia de tener al lider laico predicando la homilía en vez del sacerdote, aunque esté presente, o distribuir la Santa Comunión, dejando sentar libremente al sacedote en el altar.Debemos enfatizar aquí que, tal como afirma el Concilio Vaticano Segundo, [en] el sacerdocio comun de los fieles y [en] el ministerial del sacerdocio “Su diferencia es esencial no solo gradual” (LG 10). Y es así gravemente abusivo dejar a los laicos las sagradas obligaciones reservadas al sacerdote.Lo que es infortunado es la creciente tendencia en todo el mundo de laiciizar al sacerdote y clericalizar al laico. Esto tambien es contra mentem (“contra la mente” o “contra la intención”) del Concilio.Hay tambien una incrementada tendencia de reemplazar la Misa Dominical a los Sábados casi como una practica “normal”. En lugar de ser el Domingo el verdadero día del Señor, y así un día de descanso espiritual y físico, hay un movimiento para reducir su importancia, haciendolo convertirse en un día de distracciones materiales. En Dies Domini, el Papa Juan Pablo II advirtió sobre esta perturbante tendencia.Un punto final del que quiero hacer colación aquí, se refiere a algunas practicas introducidas en territorios de misión, por ejemplo, en Asia, en nombre del cambio, que son contra su herencia cultural.En algunos países Asiaticos, vemos una tendencia de introducir la Comunión en la mano que se recibe en pie. Esto no es consonante del todo con la cultura Asiatica.

Los Budistas adoran postrandose en el piso con su frente tocando el suelo. Los Musulmanes se quitan sus zapatos y se lavan sus pies antes de entrar a la mezquita para la adoración. Los Hindúes entran al templo con el pecho descubierto como simbolo de sumisión. Cuando la gente se acerca al rey de Tailandia o al emperador de Japón, lo hacen de rodillas como señal de respeto. Pero en muchos paises asiaticos la Iglesia ha introducido prácticas como simplemente una reverencia al Santísimo Sacramento en lugar de arrodillarse, estando de pie mientras se recibe la Santa Comunión, y recibir la Comunión en la mano. Y sabemos que éstas no pueden ser consideradas prácticas congruentes con la cultura asiatica.Además, los laicos cuyo papel hoy está aumentando en la Iglesia no son siquiera consultados cuando esas decisiones se hacen.Todas estas situaciones no auguran el bien para la Iglessia y necesitamos corregir estas tendencias, si la eucaristía que celebramos no se convierte en, como afirma San Ignacio de Antioquía, “medicina y antídoto contra la muerte” (Ef. 20).


TOMADO DE "SECRETUM MEUM MIHI" BLOG

2 comentarios:

SECRETUM MEUM MIHI dijo...

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IN CORDIBUS JESU ET MARIÆ

SECRETUM MEUM MIHI BLOG

lausdeo dijo...

Bien hermano:

Disculpa la novatez en estos lares. Hemos ya hecho la justa acreditación que nos pides.

Bendiciones para tí también