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sábado, 31 de marzo de 2007

SEMANA SANTA: Orientaciones litúrgicas sobre sus celebraciones




SEMANA SANTA

Durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.
El tiempo de Cuaresma continúa hasta el jueves. A partir de la misa vespertina, "en la Cena del Señor", comienza el Triduo Pascual, que continúa durante el Viernes y el Sábado Santo, y tiene su centro en la Vigilia Pascual y acaba con las Vísperas del domingo de Resurrección.

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. La relación entre los dos aspectos del Misterio Pascual se ha de evidenciar en la celebración y en la catequesis del día.
La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se conmemora con una procesión, en la cual los cristianos celebran el acontecimiento, imitando las aclamaciones y gestos que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso "Hosanna".

Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, además de la procesión solemne que se acaba de describir, el Misal ofrece otras dos posibilidades, no para fomentar la comodidad y la facilidad, sino en previsión de las dificultades que puedan impedir la organización de una procesión.

La segunda forma de la conmemoración es una entrada solemne, que tiene lugar cuando no puede hacerse la procesión fuera de la iglesia. La tercera forma es la entrada sencilla, que ha de hacerse en todas las misas de este domingo en las que no ha tenido lugar la entrada solemne.

La ceniza que se impone el Miércoles de Ceniza está hecha quemando las hojas de palma usadas en la procesión del Domingo de Ramos del año anterior.

MISA CRISMAL

La Misa Crismal, en la cual el Obispo que concelebra con su presbiterio consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de la comunión existente entre el Obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo. Para esta Misa ha de convocarse a los presbíteros de las diversas partes de la diócesis para concelebrar con el Obispo, y han de ser testigos y cooperadores en la consagración del Crisma, del mismo modo que en el ministerio cotidiano son sus colaboradores y consejeros. Conviene que se invite encarecidamente también a los fieles a participar en esta Misa, y que en ella reciban el sacramento de la Eucaristía.

CELEBRACIÓN PENITENCIAL DE FINAL DE LA CUARESMA

Es muy conveniente que el tiempo de la Cuaresma termine, tanto para cada uno de los fieles como para toda la comunidad cristiana, con alguna celebración penitencial que prepare a una más plena participación en el Misterio Pascual.

LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA

En la Semana Santa hacemos memoria del Misterio Pascual del Señor que se celebra sacramentalmente en el templo, se vive en el corazón y se manifiesta en la calle.

Las salidas procesionales y estaciones de penitencia que nacen de la liturgia y a ella deben conducir, pueden llegar a ser, si se hacen con devoción y dignidad cristiana, valiosas catequesis plásticas en sus recorridos por las calles. Son una predicación del Misterio Pascual esto es, de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Se puede afirmar que son fe que se hace cultura, expresión estética de un corazón creyente, fe que se hace sentimiento, sentimiento que lleva a la fe.

En las procesiones se contemplan las páginas evangélicas hechas carne de madera viviente por los imagineros, y hacen vivir el Evangelio a aquellos que las contemplan con verdadero espíritu de fe.

DEL TRIDUO PASCUAL EN GENERAL

La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la misa vespertina del Jueves Santo "en la Cena del Señor" hasta las Vísperas del domingo de Resurrección. Este período de tiempo se denomina justamente el "triduo del crucificado, sepultado y resucitado"; se llama también "Triduo Pascual" porque con su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir, el tránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales, la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo.

LA MISA VESPERTINA DEL JUEVES SANTO "EN LA CENA DEL SEÑOR"

"Con la misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo Pascual y evoca aquella última Cena en la cuál el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los Apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo ofreciesen."

Toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la misa: es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraternal.

Para la reserva del Santísimo Sacramento prepárese un altar o una capilla, convenientemente adornada, que invite a la oración y a la meditación; se recomienda no perder le vista la sobriedad y la austeridad que corresponden a la Liturgia de estos días.

Cuando el Sagrario está habitualmente colocado en una capilla separada de la nave central, conviene que se disponga allí el lugar de la reserva y de la adoración.

El lavatorio de los pies, que, según la tradición, se hace en este día, significa el servicio y el amor de Cristo, que "no ha venido para que le sirvan, sino para servir". Conviene que esta tradición se mantenga y se explique según su propio significado.

Invítese a los fieles a una adoración prolongada del Santísimo Sacramento en la reserva solemne, después de la misa "en la Cena del Señor". En esta ocasión es oportuno leer una parte del Evangelio según san Juan (capítulos 13 17).

Pasada la medianoche, la adoración debe hacerse sin solemnidad, dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor.

VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

En este día, en que "ha sido inmolada nuestra víctima Pascual: Cristo", la Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el mundo.

El Viernes de la Pasión del Señor es un día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia por medio de la abstinencia y el ayuno.

La celebración de la Pasión del Señor ha de tener lugar después del mediodía, cerca de las tres (15 horas). Por razones pastorales, puede elegirse otra hora más conveniente para que los fieles puedan reunirse más fácilmente: por ejemplo, desde el mediodía hasta el atardecer, pero nunca después de las nueve de la noche (21 horas).

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURECCIÓN DEL SEÑOR

Este domingo es la fiesta más importante del cristiano, este es el primer domingo de toda la serie de domingos que vienen después. La gran noticia: "HA RESUCITADO" da verdadero sentido a la fe y es la causa de la alegría que debe reinar desde ese momento.
Sin esa victoria sobre la muerte, dice San Pablo, toda predicación sería inútil y nuestra fe vacía de contenido. 1 Cor 15, 14-17.

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

Toda la celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse durante la noche. Por ello, no debe escogerse ni una hora tan temprana que la Vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo." Esta regla ha de ser interpretada estrictamente. Cualquier abuso o costumbre contraria que poco a poco se haya introducido, y que suponga la celebración de la Vigilia Pascual a la hora en que habitualmente se celebran las misas vespertinas antes de los domingos, ha de corregirse.
Las razones presentadas a veces para justificar la anticipación de la Vigilia Pascual, por ejemplo, la inseguridad pública, no se tienen en cuenta en el caso de la noche de Navidad o de reuniones de otro género.
La celebración de la Vigilia Pascual se desarrolla de la siguiente manera: después del Lucernario o del Pregón Pascual (que es la primera parte de la Vigilia), la Santa Iglesia contempla las maravillas que el Señor Dios realizó desde el principio en favor de su pueblo (segunda parte o liturgia de la palabra), hasta que, acompañada ya de sus nuevos hijos renacidos en el bautismo (tercera parte), es invitada a la mesa preparada por el Señor para la Iglesia, memorial de su Muerte y Resurrección, en espera de su nueva venida (cuarta parte).
En el modo de anunciar la celebración de la Vigilia Pascual, evítese presentarla como el último acto del "Sábado Santo". Dígase, más bien, que la Vigilia Pascual se celebra "en la noche de la Pascua", y precisamente como una celebración unitaria. Se recomienda encarecidamente a los pastores que en la formación de los fieles insistan en la conveniencia de participar en toda la Vigilia Pascual.

EL DÍA DE PASCUA

La misa del día de Pascua se debe celebrar con la máxima solemnidad. En lugar del acto penitencial, es muy conveniente hacer la aspersión con el agua bendecida durante la celebración de la Vigilia; durante la aspersión se puede cantar la antífona Vidi aquam u otro canto de índole bautismal. Con la misma agua bendecida conviene llenar los recipientes (pilas) que se hallan a la entrada de la iglesia.

LA OCTAVA DE PASCUA
Al término de la Semana Santa llega el Tiempo Pascual, y los ocho primeros días constituyen la octava de Pascua, días que se celebran como solemnidades del Señor. Son una evocación continuada e intensa de la Resurrección del Señor. Por este motivo son días de exultante gozo.
Originalmente la octava de Pascua fue concebida como una octava del Bautismo, para asegurar a los neófitos una catequesis postbautismal y orar por los nuevos miembros de la Iglesia.

Fuente: Arzobispado de Madrid

sábado, 24 de marzo de 2007

COVERS Y PRÉSTAMOS EN LA MÚSICA CATÓLICA






Por OLGA BUSTAMANTE


Hay dos problemas que afectan la pureza y la belleza de la música cristiana culta o popular, litúrgica o de inspiración religiosa. La primera la utilización continua de covers o en otras palabras, el reencauche de la música tradicional con ritmos y sonidos modernos; y en segundo lugar el continuo uso de préstamos o sustratos de la música profana a la música cristiana.

En el primer caso, algunas inquietudes técnicas que tienen los artistas cuando inician un proceso de grabación musical religioso son: ¿ Grabo temas religiosos conocidos o inéditos? ¿Con el repertorio seleccionado podré recuperar la inversión de la producción discográfica?

Algunos creen que no deben iniciar con temas inéditos, porque primero se tienen que "dar a conocer" con temas aprobados y entonados por el pueblo cristiano. Esta idea de los covers obedece más a una sociedad capitalista que ve el arte como un bien de consumo y que ha perdido el verdadero sentido evangelizador de la música religiosa. Este criterio económico que muchos anteponen frente a la búsqueda de la autenticidad musical y al gozo que da cantarle a Dios con una voz propia, con un estilo y una personalidad que identifique el artista en un mundo tan comercial y tan desafiante como el nuestro, no es sino una muestra de miedo, duda y desconfianza ante el Poder de Dios, que escucha con agrado nuestra alabanza cuando se hace de corazón.

En este sentido, Guillermo Acosta Barbosa expresaba "hay poca iniciativa de muchos grupos de no componer, si no de seguir cantando "covers", sin salir de los mismos cantos de eternidades". Hoy vemos como de una melodía tradicional existen diferentes versiones de artistas, en variados ritmos y arreglos sonoros.

Sin embargo, debo subrayar que hay artistas que graban covers no por un interés comercial, sino por el valor textual y musical de los cantos que interpretan con gran propiedad y que han movilizado su corazón.

Además, por conservar y valorar los temas que se han quedado en la memoria cristiana y que hacen parte del inmenso patrimonio artístico de la Iglesia Católica. Como vemos, son motivaciones de covers diferentes, pero finalmente no dejan de ser solamente interpretaciones, versiones diferentes de una misma melodía.

En Segundo lugar, otro factor que daña la pureza, la belleza y la originalidad musical religiosa es la continua mezcla de la " música de Dios y la música del mundo", como las llaman hoy .

"El origen dudoso y ciertamente mundano" de algunas obras musicales utilizadas en la liturgia como lo menciona Pedro Guerrero, es un hecho que se viene repitiendo desde el renacimiento. Una de estas manifestaciones es la parodia musical, una práctica que utiliza melodías populares, o clásicas del momento y le adapta un texto religioso. Entre las parodias renacentistas podemos distinguir la misa L´Homme Armé, e incluso ciertas misas de esa época se atrevieron a llevar el título de canciones populares, como A la sombra de un zarzal y Princesa de Amorío. Mezclas que ocasionaron un ambiente crítico para el arte musical, para la liturgia de la Iglesia y que fueron censuradas por la jerarquía eclesiástica.

Más adelante, podemos distinguir otras mezclas en el período romántico. Por ejemplo, Schumanm compuso su gran Réquiem, inspirado en el Fausto de Goethe. Igualmente del mismo período, se reconoce el Ave María de Franz Schubert, una obra que adaptó un texto cristiano a una melodía popular que el mismo compositor le había dedicado a una amiga.

Otra mezcla que sacraliza la música profana, las podemos identificar en la Sinfonía Fantástica de Berlioz compuesta en 1830 y que incluyó el Dies Irae. Al igual que en algunos fragmentos del Parsifal de Richard Wagner. Obras que adquirieron un aire casi religioso debido a su lenguaje, a su intención y a sus tiempos lentos.

Por otra parte, la música cristiana también sufre ayer como hoy una desacralización, debido al uso indebido de tecnicismos musicales que dominan el panorama artístico del momento. El resultado son obras religiosas frías, carentes de un profundo sentimiento y de un contenido espiritual. En la música culta se puede citar el Stabat Mater dolorosa de Rossini, composición romántica que refleja un espíritu más musical, que cristiano

Y retomando las parodias, hoy también tenemos muchas adaptaciones y sobre todo mezclas de estilos profanos en la música popular cristiana. El "Santo" con la musica de "Help" de los Beatles, o el "Padre Nuestro" con la melodía de Paul Simon "The Sound of Silence", según lo anotaba Fernando Delgado, son algunos ejemplos.

En consecuencia, vemos que hoy coexisten las obras puras en su forma y contenido, con las obras parodias construidas sobre textos, melodías o estilos profanos preexistentes, porque finalmente las melodías se quedan grabadas en la memoria colectiva de los fieles y para los fieles con poca o ninguna formación musical, basta el sentimiento hacia la obra sin importar su procedencia.

Es indudable que los continuos préstamos que usamos los músicos entre la música secular y la música cristiana, alteran la sensibilidad artística de los compositores ante lo divino, influyen de una u otra forma en los gustos estéticos de los católicos y reflejan la falta de innovación en la producción de las obras religiosas. Podemos asegurar que cada momento musical que vivimos, debe ser objeto de estudio y de renovación para cada uno de nosotros como artistas y para la Iglesia Católica.

TOMADO DE: www.cristomanía.com Artículo de OLGA BUSTAMANTE

miércoles, 14 de marzo de 2007

SEMANA SANTA: Cantos que deben preparar los Coros o Cantores




¿Tienes a tu cargo el Servicio del Canto de la Semana Santa en tu comunidad?
¿Sabes qué cantos debes preparar en estas celebraciones tan especiales y tan importantes para nuestra fe católica?


Entonces ésta sencilla aportación orientarte a prevenir el esquema de de Cantos necesarios. Está tomado de una respuesta vía E mail a pregunta expresa.

Tomaremos como base de mis sugerencias el libro "Semana Santa", que es un subsidio con textos e indicaciones de las celebraciones de la Semana Santa.

Comenzamos con el DOMINGO DE RAMOS:

Está previsto que ANTES DE LA MISA se conmemore la entrada del Señor a Jerusalén. Hay 3 formas de hacerlo:

1.- PROCESIÓN.

a)Se inicia con el CANTO DE UNA ANtÍFONA con el texto:

[i]Hosanna al Hijo de David
Bendito el que viene en nombre del Señor,
El Rey de Israel.
Hosanna en el cielo.[/i]

o bien un canto que contenga esa temática. Debe ser generalmente breve, para unir la atención de los congregados fuera de la Iglesia o en una "Iglesia menor" (sic) y elevar el pensamiento al momento que se va a conmemorar.

b) Sigue una exhortación del Sacerdote y una oración semejante a la [i]Colecta[/i], el rocío con agua bendita de las Palmas o Ramos, Proclamación del Evangelio y la invitación a iniciar la Procesión.

c) Durante la Procesión se CANTA alguna de las antífonas previstas:

Los Hijos de Israel, Los hijos de Israel
llevando Ramos de olivo extendían sus mantos x el camino
salieron al encuentro del Señor y clamaban: "Hosanna al Hijo de
clamando: Hosanna en el cielo. David, bendito el que viene
en nombre del Señor."

o los Salmos 23 "Del Señor es la tierra..." o el 46 "Aplaudan pueblos todos..."

O algún canto APTO con esta temática de aclamar al Señor. En México se usa uno muy tradicinal que se llama "Viva Cristo Rey..."

Para la entrada está previsto el Canto de un Responsorio con texto de la misma temática.

terminada la procesión inicia la Misa entrando directamente a la ORACIÓN COLECTA, por lo tanto NO HAY CANTO DE ENTRADA, ni acto penitencial, ni Señor ten piedad.

2. LA ENTRADA SOLEMNE
Es semejante en su estructura solamente que sin Procesión.

3. LA ENTRADA SENCILLA
Aquí se pide al menos el [b]Canto de la antífona o Salmos previstos[/b] a manera de Canto de Entrada, mientras el Sacerdote va al altar. Y por lo que pude entender, se hace la Misa como de costumbre, es decir con los elementos que fueron omitidos en las 2 formas primeras.

DESPUÉS LA MISA SE REALIZA COMO DE COSTUMBRE y los cantos se hacen en los momentos conocidos

MISA DE LA CENA DEL SEÑOR

Se tiene la Misa con los cantos como de costumbre. Hay elementos distintivos, por ejemplo:

a)HAY GLORIA
b)Después de la Homilía se realiza el Rito del lavatorio. Está previsto cantar durante su desarrollo variadas antífonas con textos del Evangelio de San Juan que recuerdan ese gesto del Señor. Se pueden usar cantos con ese tema, o también con el tema del Amor Cristiano y el mandamiento del Amor.
c)Después de la Comunión sigue la TRASLACIÓN del Santísimo para su adoración en los altares previstos. HAY QUE PREPARAR CANTOS AUTÉNTICAMENTE EUCARÍSTICOS para la Procesión y las Estaciones que se realicen.

EL VIERNES SANTO

NO HAY PROPIAMENTE CELEBRACIÓN DE LA MISA.

Se celebra la PASION DEL SEÑOR.
a)No hay Canto de Entrada ni Rito Penitencial.
b) Se inicia directamente con la ORACIÓN. Incluso en esta no se invita con el "Oremos".
c)Se celebra la PALABRA. Aquí se canta EL SALMO PROPIO. LA PASIÓN solemne.
d)Sigue de la Homilía, la ORACIÓN UNIVERSAL que se prolonga con 10 peticiones que deben ser entonadas Solemnemente por el Diácono o el Sacerdote. Generalmente no se animan a hacerlo, ni modo.
e)Continuamos con la ADORACIÓN DE LA CRUZ. Se va mostrando poco a poco la Cruz. Aquí debería entonarse una invitación a la que el pueblo responde "Venid y Adoremos". Luego SE EXPONE la Cruz para que el Pueblo la venere sea con un Beso etc. Para la Adoración que se hace casi PROCESIONALMENTE debemos prevenir CANTOS apropiados. Se preveen antífonas como por ejemplo:

TU CRUZ ADORAMOS SEÑOR
Y TU SANTA RESURRECCIÓN ALABAMOS Y GLORIFICAMOS
PUES DEL ÁRBOL DE LA CRUZ
HA VENIDO LA ALEGRÍA AL MUNDO ENTERO

O los IMPROPERIOS que son como "Reclamaciones" que Dios hace a su Pueblo por haber ignorado sus muestras de Amor, y más aún por los dolores de su Pasión.

Pueden también usarse CANTOS APTOS con esta temática.

f)Sigue la COMUNIÓN , la cuál se hace a partir del PADRE NUESTRO.
g)NO HAY CANTODE SALIDA todos se retiran en silencio.

EN GENERAL EN ESTA LITURGIA LOS CANTOS SON SOBRIOS,los estrictamente necesarios, y quizá para estar en consonancia con el espíritu de la Iglesia, deberían hacerse SIN ACOMPAÑAMIENTO.

VIGILIA PASCUAL

Muchos elementos distintivos del Canto corren a cargo de los Ministros.

Se empieza con el BENDICIÓN DEL FUEGO y el encendido del CIRIO PASCUAL. El Diácono o el Sacerdote en su defecto, entonan "Cristo luz del mundo durante el traslado del Cirio Pascual.
Sigue el PREGÓN PASCUAL. Debe entonarse solemnemente x el Diácono, o el Sacerdote en su defecto.

Sigue la LITURGIA DE LA PALABRA con sus 7 lecturas y SUS SALMOS.

Al terminar las 7 lecturas se entona el GLORIA.

Se proclama la lectura del Nuevo Testamento, el Evangelio y se hace la Homilía.

Si hay LITURGIA BAUTISMAL hay que prevenir el Canto de la LETANÍA DE LOS SANTOS.
Cuando el Sacerdote rocía con Agua bendita al Pueblo habrá que prevenir un CANTO APROPIADO como "Un sólo Señor" o cuya temática sea precisamente el Bautismo.

DESPUÉS SIGUE LA MISA COMO DE COSTUMBRE.

martes, 13 de marzo de 2007

Benedicto XVI propone el latín para misas internacionales


Invita a los seminaristas a aprender a celebrar en este idioma

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 13 marzo 2007 (ZENIT.org).- En su exhortación apostólica postsinodal «Sacramentum caritatis», Benedicto XVI ha pedido que no se pierda el uso del latín en las misas, particularmente cuando en éstas participan fieles de diferentes países e idiomas, «hoy cada vez más frecuentes».

La petición del Papa recoge una de las proposiciones de los obispos que participaron en el sínodo de la Eucaristía en octubre de 200

«Para expresar mejor la unidad y universalidad de la Iglesia», «en sintonía con las normas del Concilio Vaticano II», el Papa recomienda: «exceptuadas las lecturas, la homilía y la oración de los fieles, sería bueno que dichas celebraciones fueran en latín».

El pontífice sugiere además «rezar en latín las oraciones más conocidas de la tradición de la Iglesia y, eventualmente, utilizar cantos gregorianos».

«Más en general, pido que los futuros sacerdotes, desde el tiempo del seminario, se preparen para comprender y celebrar la santa Misa en latín, además de utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; se procurará que los mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y que canten en gregoriano algunas partes de la liturgia», concluye.

Al presentar el documento a los periodistas, el cardenal Angelo Scola, patriarca di Venezia, respondió a las preguntas sobre la posibilidad de que se dé un documento papal que restablezca el misal de Pío V, es decir, la manera en que se celebraba la misa antes del Concilio Vaticano II.

El cardenal Scola confesó que no tenía informaciones y consideró que la clave para el uso de ese misal está en que no se produzcan motivos de división en la Iglesia.

«Sería una contradicción en términos, si la acción litúrgica se convirtiera en un principio de división en la Iglesia», aclaró.

Expuso la situación del patriarcado de Venecia donde «desde hace muchos años» si ha permitido «de celebrar todos los domingos la eucaristía en latín [según el antiguo misal, ndr.], con gran corrección y enorme respeto, y no se da ninguna tensión entre clero y pueblo».

«No se puede acallar la decisiva importancia de la reforma litúrgica del Concilio»¸ con concluyó Scola, recordando que la difusión del rito que se introdujo en tiempos del Papa Pablo VI «tiene necesidad de décadas».


TOMADO DE www.zenit.org

CRITERIOS Y BASES PARA LA CREACIÓN DEL NUEVO CANTO LITÚRGICO


CRITERIOS Y BASESPARA LA CREACIÓN DEL NUEVO CANTO LITÚRGICO

Benigna Carrillo Alday, M.Sp.S.

INTRODUCCION

Estamos viviendo una etapa muy importante en la vida de la Iglesia. Han pasado 30 años de la promulgación de la Constitución "Sacrosanctum Concilium", primer fruto del Concilio Vaticano II, que se propuso como finalidad "acrecentar de día en día entre los fieles la y vida cristiana, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia" (SC 1); y en el no. 2: "por eso la liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo".
Este llamado de la iglesia a la renovación de la liturgia ha tenido gran repercusión en elpueblo de Dios, en los diferentes aspectos de la liturgia. Aquí enfocaremos solamente lo que se refiere al canto litúrgico.
Es entusiasmante saber que el canto puede contribuir poderosamente a "la gloria de Dios y santificación de los fieles" (SC 112; MS 4); este entusiasmo se ha hecho patente a través de la enorme producción de cantos para celebrar la Eucaristía. Este hecho denota la vitalidad de la Iglesia. Qué triste hubiera sido si, ante la posibilidad de contribuir a la renovación de la liturgia por medio de la música, el pueblo de Dios hubiera permanecido indiferente.

La Iglesia como Madre y maestra, ha dirigido a sus hijos a sus sabias orientaciones en relación a las características que debe tener este nuevo canto litúrgico (SC cap. VI; MS y otros documentos más).
Este sencillo trabajo quiere aportar solamente algunos aspectos muy concretos que podrán servir al joven compositor, que se siente llamado a ofrecer a Dios y a la Iglesia el don que de él ha recibido: la música.

Estamos ante un panorama hermoso: el Espíritu de Dios suscita en su Iglesia numerosos movimientos juveniles, que son atraídos hacia una nueva oración de alabanza, bella, aún no lo conocen, a que se integren en el pueblo de Dios. Son momentos de encuentros juveniles en los que el canto es evangelizador y medio de oración con diferentes expresiones o manifestaciones externas. Hay en torno a estos grupos un gran florecimiento de composiciones de cantos con temas vocacionales o de encuentros con Cristo, que nacen llenos de gozo y espontaneidad juvenil; manifiestan una Iglesia vivificada por la presencia del Espíritu Santo, que los suscita, ya que proclaman a JESUS como Señor y a Dios como Padre.

Los textos de algunos de estos cantos no son precisamente bíblicos o litúrgicos, pero hablan de la experiencia de la fe, en el encuentro con Cristo Jesús. Además, como no nacieron para la celebración de la liturgia, carecen de características que la iglesia pide para el canto litúrgico.

Esto propicia una falta de claridad que en algunas ocasiones crea tensión entre algunas personas que quieren introducirlos sin más en la liturgia y otras que defienden celosamente el canto litúrgico como algo totalmente diferente.
Esta expresión musical debe tener su lugar dentro de la vida de la Iglesia; es una riqueza, es necesaria, no debe sofocarse, ya que evangeliza, cristianiza y llega a ámbitos más extensos que la celebración litúrgica; podríamos decir que la prepara y la prolonga.

Habiendo valorado suficientemente este canto espontáneo de la juventud, hablaremos del canto litúrgico.

Querido joven compositor:

No pienses que la liturgia va a frenar o a limpiar tu creatividad; al contrario, el exigirte más, pone ante ti un reto que te invita a superar, a dar un paso más hacia la profundidad de tu fe y de tu creación musical, ya que te da la oportunidad de participar con tu canto en la CELEBRACION DEL MISTERIO: la intervención salvadora de Dios en el aquí y ahora, por medio de la ACCION LITURGICA.

Yo creo que esto entusiasma, joven compositor, que posees un verdadero talento musical y que no quieres conformarte con seguir repitiendo o copiando, por inercia o falta de esfuerzo los cantos que se usan, que están de moda, pero que al no tener fundamento, como toda moda, caen sin haber dejado nada.
Te invito a examinar algunas características que debe tener un canto para que sea realmente litúrgico.

I. INTIMAMENTE UNIDO A LA ACCION LITURGICA

El no. 112 de SC, nos dice que "el canto sagrado constituye una parte necesaria o integral de la liturgia solemne".

a) Debes, tener por consiguiente un amplio conocimiento de lo que es la liturgia de la iglesia; saber el contenido, el significado, el sentido de cada parte de la celebración, para que tu canto se adecúe perfectamente bien en cada momento, con sus características propias. El Concilio recomienda vivamente que los compositores tengan formación litúrgica (SC 115).

b) Tu canto debe propiciar la participación activa de toda la asamblea. Esto despliega ante ti maravillosas posibilidades, ya que puedes combinar a la vez música muy elaborada que cante el coro o solistas, con partes más sencilla en las que puedan unirse todos los participante de la celebración.
Seguramente has experimentado la belleza y la fuerza expresiva que tiene el que todo un pueblo de Dios reunido, aclame y cante a su Señor, y no sólo un pequeño grupo.

c) Los diferentes tiempos del Año Litúrgico te dan la oportunidad de dar a tu canto una gran variedad de expresión. No es los mismo un canto de Adviento, que uno de Navidad, o de Cuaresma o de Pascua y Pentecostés. Así como los ornamentos del sacerdote cambian de color, que perciben los ojos, tu canto debe cambiar de color que perciban los oídos. No sólo el texto, sino la música misma, debe hacer sentir el acontecimiento que celebra la Iglesia. Esto supone que debes adentrarte muy profundamente en la contemplación del misterio de Dios. Y aún cuando se use el mismo texto, por ejemplo, el Aleluya, suena distinto un aleluya navideño que un aleluya pascual. No caigamos en la rutina de todo el año, esto es falta de sensibilidad, pero también falta de esfuerzo.

II. FIDELIDAD A LA PALABRA

Te pide el Concilio que para componer tus cantos tomes principalmente la misma Palabra de Dios (SC 121), porque esta Palabra tiene vida en sí misma y la comunica, ya que en la Sagrada Escritura el mismo Dios habla y nos da su Palabra, que es Cristo el Señor, vivo y presente entre nosotros. Juntamente con toda la Iglesia, los músicos estamos comprometidos con el anuncio de la Buena Nueva que es el Señor Jesús. Tu canto no debe anunciar otra cosa que a Cristo, el Hijo de Dios y de María.
Es verdad que no siempre es posible que todo el canto sea literalmente la Palabra de Dios, por eso el Concilio nos da la oportunidad de componer letras, pero con la condición de que estén de acuerdo con la doctrina católica (SC 121). Si además del don de la música, el Señor te dio el don de la poesía ¡te felicito!, pues tiene la capacidad de comentar con propiedad y belleza los contenidos de la fe.

Si en la actualidad hay pobreza musical en muchos cantos, igual pobreza o mayor aún la hay en las letras de los cantos y con mayor trascendencia, pues la palabra es la que transmite el concepto, la que debe contener la verdad; y qué irresponsabilidad al transmitir, no la Palabra de Dios, sino palabrillas desabridas y aún con errores de fe. Dice un autor: "Dime lo que cantas y te diré lo que crees".
Siéntete, pues, responsable del inapreciable don que el Señor te da al entregarte su Palabra.

Si en verdad crees esto: ¿cómo debes tomar la Palabra?

a) Primero con grande fe, respeto y amor; llevarla a la oración, para que el Espíritu te descubra su profundidad y te haga captar su mensaje. Es en este primer momento donde se inicia el nacimiento de tu canto. Al captar la hondura de lo que se te revela, tendrás la intuición de la música que debe acompañar esa Palabra. Después seguirán otros pasos más técnicos, pero muy necesarios.

b) Recita en voz alta el texto que quieres musicalizar. Descubre el ritmo literario que tiene, localiza los acentos de las palabras, declámalo, disfrútalo.

c) Traduce en melodía todos estos elementos que ya tienes y no olvides lo siguiente: la melodía es servidora de la palabra, se une a ella para elevarla, para revestirla de belleza y ayudar a que llegue más fácilmente más cálidamente a los que la escuchan. Debe ser como un pedestal donde la luz brille más alto.

d) No destroces la Palabra, es un tesoro que tienes en tus manos. Me preguntarás cómo puedes destrozarla . Por ejemplo, cuando, sin tenerla en cuenta, piensas primero en hacer música; pones melodía, ritmo, instrumentación, efectos y demás, y después metes la palabra para acomodarla a lo que prefabricado por ti, y que lógicamente ni va de acuerdo con su sentido, cuando las palabras se acentúan más al ser cantadas, cuando no corresponde su sentido al estilo de música que pusiste.
Este error en la actualidad es muy frecuente.

Hay cierta obsesión por repetir ritmos muy usados, muy desgastados, más bailables que cantables; posiblemente en un primer momento tengan aceptación, pero no sirven realmente a la palabra. Hay muchos cantos que aprietan literalmente las palabras para que quepan en un esquema rítmico o lógicamente no se oye ni se capta lo que se está cantando, porque no hay declamación, no hay anuncio, no hay evangelio; hay sólo un ruido sin sentido.

Pedirás seguramente que te dé un modelo para captar más claramente lo que te digo. Sí, si hay un modelo: el canto gregoriano.

Examina en que forma toma la palabra, cómo la declama, la eleva y le da profundidad, cómo la introduce con suavidad y belleza en el interior de quien lo canta o lo escucha. Por eso ha sido alimento espiritual de la iglesia durante tantos siglos, y aún ahora el Concilio nos lo propone en primer lugar (SC 116). Escucha el canto gregoriano, estúdialo, cántalo, sumérgete en su profundidad, y saca de ese manantial, sin copiarlo servilmente, inspiración para tu propio canto.

III. FIDELIDAD AL ESPIRITU

Seguramente habrás captado ya la presencia del Espíritu al hablar de la Palabra, y así es; siempre están unidos Palabra y Espíritu. Sólo por el Espíritu podemos acoger la Palabra. Sin embargo, voy a hablarte ahora del Espíritu en su relación que tiene con la música. Al hablar de esto, hablamos de lo inefable, de lo que nuestra razón no puede comprender; entonces debes saber que lo que te digo es como un balbuceo bastante impreciso; pero conviene que así sea. No se puede precisar lo que no se puede comprender con la razón.

a) El Espíritu de Dios tiene como nombre Ruah en hebreo, Pneuma en griego, Spiritus en latín; y los tres nombres significan lo mismo: VIENTO, SOPLO DE VIDA.
En el libro de la Sabiduría (1,7) se nos dice de este Viento de Yahveh, que: "él, que todo lo abarca, posee la ciencia de la voz", (según la traducción latina) y en el Salmo (33,6), se nos habla del Espíritu Creador, como la Voz del Señor, el soplo de su boca, que juntamente con la Palabra, hacen brotar los cielos y la tierra, que glorifican y cantan a Yahveh (Sal 103; 104 y muchos más).
En tu canto, unes la palabra al soplo de tu boca para que por tu voz que canta, la palabra se haga sonora y pueda ser escuchada.
Por la fe y por la gracia la palabra y el Espíritu habitan en d, y es "el mismo Espíritu el que une a ti con gemidos inefables "(Rom 8,26) para expresar tu alabanza a Dios.

b) Otra relación íntima entre Espíritu y música la encontramos muy frecuentemente en los Salmos: el gozo, la alegría. El salmista se siente lleno de gozo, de la alegría de Dios, y de allí brota su canto: "¡Gritad de gozo a Dios, nuestra fuerza, aclamad al Dios de Jacob!, ¡Entonad la salmodia, tocad el tamboril, la melodiosa cítara y el arpa...!" (Sal 81,2-3); "Mi corazón y mi carne gritan de alegría hacia el Dios vivo...Dichosos los que te alaban por siempre" (84,3-5) "¡Venid, cantemos gozosos a Yahveh!" (95,1). Y muchísimos más.
El gozo espiritual es fruto del Espíritu Santo; entonces el manantial de donde brota tu canto lleno de alegría que alaba a Dios, es el mismo Espíritu Santo.

c) También en los Salmos encontramos la relación que hay entre el amor y el canto "Quiero cantar el amor y la justicia, para ti, Yahveh, salmodiare" (101,1); "A punto está mi corazón, oh Dios, voy a cantar, voy a salmodiar ¡despierta, gloria mía!... ¡despertad cítara y arpa! ¡a la aurora he de despertara (108,2); "Sácianos de tu amor a la mañana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida" (90,14). Y otros muchos más. San Agustín también nos dice: "Es propio del que ama el cantar".
Y el Espíritu Santo es el Amor personal de Dios.
Entonces, tu canto es amor, es gozo que se expresa en el viento de tu voz, impulsado por el que es AMOR, GOZO, VIENTO. Tu canto es inspirado por él.

IV. LA INSPIRACION

La inspiración es como el toque del Espíritu en tu interior en el que te revela intuitivamente algo del Misterio de Dios, para que luego tú lo traduzcas, lo exprese externamente, por medio de tu canto. Lo pone en ti como semilla, que tú tienes que hacer fructificar.
No es fácil el paso de la inspiración, captada por intuición, hacia la concretización en la forma externa. Necesitas hacer despliegue de energía; es el momento de tu colaboración personal, de la creación artística. Lo anterior es regalo, es don, es carisma; este segundo paso es esfuerzo sincero por ser al don, ser fiel a lo intuido por inspiración.

En este despliegue de energía, debes ser exigente contigo mismo, no traicionar el don con tu falta de esfuerzo. Debe haber adecuación entre lo que intuiste y lo que expresas.

Para esto necesitas un estudio serio de la música. Debes hacerte ayudar por maestros que te enseñen la técnica de la composición, y esto supone un trabajo arduo. Muchos se detiene aquí; prefieren improvisar líricamente. Claro que hay genios que pueden hacerlo; lo malo es que algunos creen que son genios y no lo son en realidad, el resultado es una triste mediocridad.

El estudio serio de la música te va a dar posibilidades infinitas en la forma de expresar tu canto, y así podrás moverte con seguridad y libertad, sin temor. No caerás en cantinelas somnolientas y repetitivas, sino que darás a tu canto, una gran variedad de expresión, de acuerdo siempre a la Palabra.

V. CONCLUSIONES

Aportarás a la Iglesia un canto nuevo, lleno de belleza y de vigor y, a la vez, lleno de delicadeza y finura, que de todo esto tiene el Espíritu; es viento impetuoso y también brisa suave...; será tu canto, a la vez expresión de tu fe y de tu cultura, pues la Iglesia quiere que surja en cada pueblo una alabanza a Dios inculturada (Cfr. Sto. Domingo 13.29.35). Así colaborarás eficazmente a la ambición del Concilio, hacer que "la liturgia robustezca admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo" (SC 2).
Es posible que tú no seas precisamente compositor, pero eres encargado del coro de parroquia o de tu comunidad, o simplemente te interesa la música en relación con la liturgia; te sugiero que para seleccionar los cantos tomes en cuenta estos criterios y estas bases que, teniendo como fundamento las enseñanzas de la iglesia, aquí te propongo. Te serán útiles.

lunes, 12 de marzo de 2007

LIBERALIZACIÓN DEL RITO TRIDENTINO


Friday, February 23, 2007


A continuación nuestra traducción de un Flash noticioso enviado vía correo electrónico por la revista Inside the Vatican, no disponible en linea en el momento. De antemano presentamos disculpas por las fallas de traducción, pero queremos hacer notar que hemos tomado la libertad de hacerlo debido a que aunque ya han pasado varios días desde que se conoció esta información absolutamente ningún medio noticioso masivo en español (ni secular ni Católico) ha hecho referencia a ella. Es aquí donde los Católicos debemos pedir (presionar) a estos medios (los que se dicen Católicos) que si viven de eso y tienen los medios económicos, tecnológicos y humanos para hacerlo; para que no se hagan los de la vista gorda con temas tan neurales en la vida de la Iglesia, y no que nos estén bombardeando con supuestas informaciones que hablen de lo bien que anda la Iglesia en estos tiempos.


"ES EL SANTO PADRE QUIEN DECIDIRÁ"
Todos quienes están interesados en la litúrgia Eclesial se preguntan si el Papa pronto publicará un motu proprio permitiendo la celebración de la “Vieja Misa” y (si lo hace), qué dirá.


Uno de los liturgístas Vaticanos dá luces sobre los planes del Papa:


ANTHONY VALLE: Su excelencia, Ud. ha sido generoso al dar varias entrevistas a la prensa internacional acerca de la litúrgia desde que se convirtió en el secretario de la Congregación para el Culto Divino. Algunas de sus afirmaciones han sido malinterpretadas y se generó controversia en lugar de darse claridad. ¿Le importaría clarificar algo?


ARZOBISPO MALCOM RANJITH: En lo que yo deseaba insistir en esas entrevistas era que la reforma postconciliar ha sido incapaz de alcanzar las metas esperadas de enovación espiritual y misionera en la Iglesia tal que podamos estar verdaderamente felices hoy sobre ella.Indudablemente ha habido resultados positivos tambien; pero los efectos negativos parecen ser mayores, causando mucha desorientación en nuestras filas.Las iglesias se han vaciado, las ruedas sueltas litúrgicas son el órden del día, y el verdadero significado y significancia de aquello que es celebardo se ha oscurecido.Uno tiene entonces que, comenzar a preguntarse si el proceso de reforma se ha manejado correctamente. Entonces, necesitamos dar una buena mirada a lo que pasó, orar y reflexionar acerca de sus causas y con la ayuda del Señor adelantarse a tomar las correcciones necesarias.


VALLE: Parece que el Papa Benedicto XVI publicaría un motu proprio que liberalizara el uso de la Misa tradicional o Tridentina. Algunos esperan que el motu proprio papal instituya una estructura juridica que permita a los sacerdotes celebrar la Misa tradicional sin ser injustamente acosados y persistentemente frustrados por, ironicamente, no personas de otra fe o autoridades seculares, sino por sus propios pastores y obispos. ¿Es ésta esperanza de un nuevo aparato jurídico realista. Se necesita tal aparato?


RANJITH: Bueno,hay un naciente llamado para restaurar la Misa Tridentina. Y aún ciertas figuras de liderazgo en la elite han hecho apelos públicos por esta Misa en algunos diarios recientemente.El Santo Padre, estoy seguro, tomará nota de esto y decidirá lo que es mejor para la Iglesia.Ud. habla de la posible realización de nuevas estructuras jurídicas para la implementación de tales decisiones. No creo que esto sería un mayor problema. Más bien, lo que es más importante en todo esto es una actitud pastoral.¿Recharazan los obispos y los sacerdotes las peticiones de la Misa Tridentina y así crear una necesidad de estructuras jurídicas para asegurar la aplicación de una decisión del Papa?, ¿Debería ser así?Sinceramente no espero eso.La pregunta adecuada que deben hacerse los pastores es: ¿Cómo yo, como obispo o sacerdote, traigo así sea solo una persona, más cerca a Cristo y a Su Iglesia?No es tanto un asunto de Misa Tridentina o [Misa] Novus Ordo. Es sólo una cuestión de responsabilidad pastoral y de sensibilidad.Así, si la Misa Tridentina es el camino para alcanzar un mejor nivel de enriquecimeinto espiritual para los fieles, entonces los pastores deberían permitirla.La preocupación importante no es tanto del “que” sino del “como”. La Iglesia debería siempre buscar ayudar a nuestros fieles a acercarse a Dios, a sentirse desafiados por Su mensaje y a responder a Su llamado generosamente. Y si eso puede lograrse atraves de la celebración de la Misa Novus Ordo o la Misa de San Pío V, entonces, se debe proveer espacio para lo que es mejor en lugar de enfrascarse en una innecesaria disputa teólogica divisiva. Tales cosas necesitan decidirse atraves del corazón y no tanto con la cabeza.Después de todo, El Papa Juan Pablo II hizo un llamado personal en Ecclesia Dei Adflicta de 1988 a los obispos, llamandolos a ser generosos in esta materia con aquellos quienes deseen celebrar o participar en la Misa Tridentina. Además, debemos recordar que la Misa Tridentina no es algo que pertenezca exclusivamente a los seguidores del Arzobispo Lefebvre. Es parte de nuestra herencia como miembros de la Iglesia Católica.El Concilio Vaticano Segundo, tal como lo afirma claramente el Papa Benedicto en su alocución a los miembros de la Curia en Diciembre de 2005, no consideraba un nuevo comienzo, sino una continuidad con un sentido renovado de entusiasmo y una nueva perspectiva que respondiera mejor a las necesidades misioneras de la epoca.Además, tenemos tambien la seria cuestión de la disminución del número de fieles en algunas de las iglesias en el mundo occidental. Tenemos que preguntarnos que pasó en estas iglesias y entonces tomar los pasos correctivos que puedan ser necesarios. No creo que ésta situación sea atribuible únicamente a la secularización. Una profunda crisis de fe junto con un impulso sin sentido de experimentación litúrgica y novedad han tenido su propio impacto en esta materia. Hay mucho formalismo y una visible insipidez a veces.Así, necesitamos recuperar un verdadero sentido de lo sagrado y lo místico en el culto.Y si los fieles sienten que la Misa Tridentina les ofrece tal sentido de lo sagrado y lo místico más que cualquiera otra cosa, entonces deberíamos tener el valor de aceptar sus requerimientos.Con respecto al tiempo y la naturaleza del motu proprio, todavía nada se sabe. Es el Santo padre quien decidirá. Y cuando lo haga, deberiamos con toda obediencia aceptar lo que él nos indique y con un amor genuino por la Iglesia esforzarnos por ayudarlo. Cualquier actitud contraria sólo dañaría la misión espiritual de la Iglesia y frustraría el propio deseo del Señor.


VALLE: Como muchos Católicos hoy, mi esposa y Yo nos hemos encontrado al salir de la celebración de la Misa Novus Ordo el Domingo, exasperados y perplejos más que vigorizados espiritualmente. ¿Por qué?


RANJITH: En la celebración del Novus Ordo tenemos que ser muy serios acerca de lo que hacemos en el altar. No puedo ser un sacerdote que sueñe mientras duerme acerca de lo que haré en la Misa al día siguiente, subir al altar y comenzar a celebrar con toda clase de nuevas autocreadas rúbricas y acciones.La santa Eucaristía pertenece a la Iglesia. Por tanto, tiene un significado en sí misma que no puede ser dejado a la idiosincracia de un solo celebrante. Cada elemento en la liturgia de la Iglesia tiene su propia larga historia de desarrollo y significancia. No es ciertamente un asunto de “tradiciones” privadas y no puede ser así objeto de manipulación por todos y por la diversidad.De hecho, la Sacrosanctum Concilium afirma nadie diferente de la Sede Apostolica y los obispos, donde esto sea permitido a los últimos por el primero, “nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia.” (SC 22). Sólo entonces, notamos mucha rueda suelta en materias litúrgicas en algunas areas de la Iglesia hoy, basicamente debido al incorrecto entendimiento de la teología litúrgica.Por ejemplo el misterio de la Santa Eucaristía ha sido a menudo mal entendido o parcilmente entendido, dejando así la puerta abierta a toda clase de abusos litúrgicos.En la celebración de la Santa Eucaristía, algunos dan mucho acento al rol presidencial del sacerdote. Pero sabemos que el sacerdote no es realmente el agente principal de lo que sucede en el altar.Es Jesús mismo.Además, cada celebración litúrgica tiene siempre una dimensión celestial “que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos”(SC 8).Otros explican la Eucaristía en un sentido que pone el acento en su dimensión banquete/comida, ligandola a la “comunión.” Esta tambien es una consideración importante, pero deberiamos recordar que no es tanto una comunión creada por quienes toman parte en la Eucaristía tanto como por el Señor mismo.Atraves de la Eucaristía, el Señor nos asume a Si y en Él somos puestos en comunión con todos los otros que se unen a Él. No es pues tanto una experiencia sociológica como mística. Por tanto aún una “comunión” Eucarística es una experiencia celestial.Lo que es más importante es la dimensión sacrificial de la Eucaristía. Cada vez que celebramos la Eucaristía revivimos el sacrificio del calvario, celebrandolo como el momento de nuestra salvación.Y este mismo hecho tambien constituye la única dignidad y fuente de identidad del sacerdote. El ha sido instituido por Cristo para celebrar el maravilloso misterio de cambiar este corruptible pedazo de pan en el mismo glorioso Cuerpo de Cristo y éste poco de vino en la sangre de Cristo, decretando el sacrificio del calvario por la salvación del mundo. Y esto debe vivirse, entenderse y creerse por el sacerdote cada vez que celebra la Eucaristía.De hecho, la Sacrosanctum Concilium acentúa en la efectividad sacrificial y salvifica de la Misa. El sacerdote llega a ser así otro Cristo, por decirlo así. ¡Que gran vocación! Y pues, si celebramos la Eucaristía devotamente, entonces los fieles cosechan un inmenso beneficio espiritual y vuelven una y otra vez en busqueda de ese alimento celestial.


VALLE: Algunos han afirmado que la solución a la crisis litúrgica —y en el fondo la crisis de Fe— que aflije a la Iglesia Católica hoy sería implementar el uso exclusivo de la Misa Tridentina, en tanto que otros sostienen que todo lo que realmente necesitamos es una “reforma de la reforma,” en otras palabras, una reforma del Novus Ordo. ¿Que piensa Usted?


RANJITH: Una actitud de “una cosa u otra” polarizaría innecesariemente a la Iglesia, mientras que la caridad y la preocupación pastoral deben ser los factores motivantes.Si el Santo Padre lo desea así, ambas pueden coexistir.Eso no significaría que tendriamos que abandonar el Novus Ordo. Pero en la interacción de las dos tradiciones Romanas, es posible que la una pueda influir eventualmente en la otra .No podemos decir que todo esta completo y finalizado, que nada nuevo puede pasar. De hecho, el Vaticano II nunca abogó por cambios inmediatos en la litúrgia. Más bien, prefirió el cambiar a “nuevas formas [que] se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de las ya existentes” (SC 23). Como el Cardenal Antonelli, veneradísimo miembro del Concilio que emprendió la revisión de la litúrgia después del Concilio, anota en sus diarios, algunos de los cambios litúrgicos despues del Concilio han sido introducidos sin mucha reflexión, de manera casual, y hechos despues llegar a convertirse en practica aceptada.Por ejemplo, la Comunión en la mano no había sido algo que hubiera sido primero estudiado y reflexionado hasta antes de su aceptación por la Santa Sede. Fue introducida casualmente en algunos paises del Norte de Europa y más tarde se convirtió en practica aceptada, eventualmente se expandió a muchos otros sitios. Ahora esa es una situación que debería haber sido evitada. El Concilio Vaticano Segundo nunca abogó por tal aproximación a la reforma litúrgica.


VALLE: Lex orandi, lex credendi, lex vivendi (“La ley de la oración (es) la ley de lo que se cree, (es) la ley de lo que se vive”). ¿Es verdad que la manera que adoramos y oramos influy en lo que creemos, y que lo que creemos influye como vivimos? En otras palabras, en últimas la litúrgia influye nuestra vida moral, ¿Si o no?


RANJITH: Si. ¿Como podemos convencer a los fieles de hacer sacrificios en sus opciones morales y éticas, a menos que sean primero tocados e inspirados profundamente por la gracia de Dios? Y eso pasa especialmente en la adoración cuando el alma humana experimenta la gracia salvífica de Dios más intimamente. En la adoración, la fe llega a ser interiorizada y se completa con inspiración y fortaleza, haciendolo a uno capaz de tomar opciones morales que esten en consonancia con tal fe. En la litúrgia, deberiamos experimentar la cercanía de Dios a nuestros corazon tan intensamente que a su vez nosotros comencemos a creer fervientemente y fueramos compelidos a actuar.


VALLE: ¿Cuales son algunas tendencias o problemas litúrgicos contemporaneos que necesitan corrección?


RANJITH: Uno de ellos, tal como yo lo veo, es la tendencia de hacer litúrgias ecuménicas en reemplazo de la Misa Dominical en algunos paises, durante las cuales líderes laicos Católicos y Protestantes celebran juntos y éstos últimos son invitados a predicar la homilía.

Las Litúrgias Dominicales de la Palabra con la distribucón de la Santa Comunión, cuya forma se permite en casos en los cuales no está presente un sacerdote, si se convierten en eventos ecuménicos pueden dar a los fieles la señal equivocada. Pueden acostumbrarse a la idea del Domingo sin Eucaristía.La Eucaristía, como Ud. sabe, hace a la Iglesia (Ed E. 21) y esto es central para nosotos los Católicos.

Si es tan facilmente reemplazada por litúrgias de la Palabra, o peor aún por los así llamados servicios ecuménicos de oración, la misma identidad de la Iglesia Católica estaría en cuestión. Infortunadamente, oímos tambien de casos en los cuales la misma Eucaristía esta siendo celebrada de varios modos junto con pastores Protestantes. Esto es totalmente inaceptable y constituye una graviora delicta (“ofensa gravísima) (MR 172).

El ecumenismo no es algo que se deje a la elección ad hoc de sacerdotes individuales.

El verdadero ecumensimo, como el expuesto por el Vaticano II, proviene del corazón de la Iglesia. Por ejemplo, el camino del verdadero ecumenismo comienza con la seria reflexión de parte de quienes se cree son competentes para entrar en ese tipo de reflexión, Tales como el Concejo Pontifício para la Unidad de los Cristianos y el mismo Santo Padre. No todos tienen la competencia para saber en que sentido ésta delicada busqueda de la unidad debe ser percibida. Se necesita mucha reflexión y oración. De allí, la novedad litúrgica en nombre del ecumenismo no debería ser tratada individualmente.Una segunda tendencia es el reemplazo gradual de la Misa celebrada por el sacerdote por un servicio paralitúrgico guiado por una persona laica. Esto, desde luego, puede legítimamente pasar cuando no hay sacerdote disponible y las facilidades para el cumplimiento de la obligación Dominical son escasas.


Sin embargo, esta es una excepción no la regla. Lo que es peligroso es marginalizar al sacerdote aún cuando está disponible y algún equipo pastoral de líderes laicos se arroga para sí mismo tareas que están reservadas a los sacerdotes. Por esto signifíco, la tendencia de tener al lider laico predicando la homilía en vez del sacerdote, aunque esté presente, o distribuir la Santa Comunión, dejando sentar libremente al sacedote en el altar.Debemos enfatizar aquí que, tal como afirma el Concilio Vaticano Segundo, [en] el sacerdocio comun de los fieles y [en] el ministerial del sacerdocio “Su diferencia es esencial no solo gradual” (LG 10). Y es así gravemente abusivo dejar a los laicos las sagradas obligaciones reservadas al sacerdote.Lo que es infortunado es la creciente tendencia en todo el mundo de laiciizar al sacerdote y clericalizar al laico. Esto tambien es contra mentem (“contra la mente” o “contra la intención”) del Concilio.Hay tambien una incrementada tendencia de reemplazar la Misa Dominical a los Sábados casi como una practica “normal”. En lugar de ser el Domingo el verdadero día del Señor, y así un día de descanso espiritual y físico, hay un movimiento para reducir su importancia, haciendolo convertirse en un día de distracciones materiales. En Dies Domini, el Papa Juan Pablo II advirtió sobre esta perturbante tendencia.Un punto final del que quiero hacer colación aquí, se refiere a algunas practicas introducidas en territorios de misión, por ejemplo, en Asia, en nombre del cambio, que son contra su herencia cultural.En algunos países Asiaticos, vemos una tendencia de introducir la Comunión en la mano que se recibe en pie. Esto no es consonante del todo con la cultura Asiatica.

Los Budistas adoran postrandose en el piso con su frente tocando el suelo. Los Musulmanes se quitan sus zapatos y se lavan sus pies antes de entrar a la mezquita para la adoración. Los Hindúes entran al templo con el pecho descubierto como simbolo de sumisión. Cuando la gente se acerca al rey de Tailandia o al emperador de Japón, lo hacen de rodillas como señal de respeto. Pero en muchos paises asiaticos la Iglesia ha introducido prácticas como simplemente una reverencia al Santísimo Sacramento en lugar de arrodillarse, estando de pie mientras se recibe la Santa Comunión, y recibir la Comunión en la mano. Y sabemos que éstas no pueden ser consideradas prácticas congruentes con la cultura asiatica.Además, los laicos cuyo papel hoy está aumentando en la Iglesia no son siquiera consultados cuando esas decisiones se hacen.Todas estas situaciones no auguran el bien para la Iglessia y necesitamos corregir estas tendencias, si la eucaristía que celebramos no se convierte en, como afirma San Ignacio de Antioquía, “medicina y antídoto contra la muerte” (Ef. 20).


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